
“En un planeta limpio alcanza el hombre su plenitud”
La explosión del conocimiento
En nuestros días, Las fronteras del conocimiento se han desbordado, ha rebasado todos los límites imaginables y con ello abierto el camino para su intervención en todos los ámbitos de la de la naturaleza y de la vida social humana. Nada ha quedado sin tocar, las comunicaciones, el espacio exterior, la vida mental, el genoma humano y con esto último la apertura hacia lo que Fukuyama (2002) llama la posthumanidad. Comparada con la revolución científica de los siglos XVII y XVIII, la que estamos viviendo en los días que corren, brilla con luz cegadora. (Olivé, L. 2005, SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO Y CULTURAS (proyecto) (Instituto de Investigaciones Filosóficas)
Este acúmulo impresionante de conocimientos ha devenido en verdaderas revoluciones científicas en biotecnología, informática, física, matemáticas, filosofía. Los ejemplos están a la mano: En Biología: la biología molecular, la tecnología enzimática, la ingeniería genética, la medicina genética; en física: la nanotecnología, la física relativista, la física cuántica; en matemáticas: la geometría fractal, las geometrías no euclidianas, la topología, la teoría de nudos; en filosofía: la lógica difusa, y ha propiciado asi mismo, la fusión de disciplinas para crear otras nuevas como la convergencia entre la medicina genética y la nanotecnología para crear la nanomedicina.
Como se ve, esta acumulación de conocimientos es abrumadora y no pretenderemos agotar cada uno de los aspectos mencionados. Sin embargo, no podemos evitar la tentación de referirnos a algunos de ellos, los que parecen tener mayor impacto sobre la naturaleza humana.
La revolución biotecnológica
Dentro de las revoluciones científicas que han impactado más profundamente al hombre y su propia naturaleza se encuentra la revolución biotecnológica. Todas las posibilidades de intervención de las herramientas creadas por ella, “La amenaza más grave que ejerce la biotecnología contemporánea”, afirma Fukuyama (op. Cit) inspirándose en Huxley, “es sin lugar a dudas, la posibilidad de que altere la naturaleza humana y de que nos propulse volentes no lentes a una fase posthumana de nuestra historia” situación fundamental ya que “ella provee una base conceptual sólida a todas las experiencias propiamente humanas” ya que “modela y determina los diferentes tipos posibles de regímenes políticos” y una tecnología suficientemente poderosa, como ha mostrado que puede ser la biotecnología, “para remodelar lo que somos” tendría consecuencias desastrosas para la democracia liberal y la misma naturaleza de la política (2002).
No es nuestro propósito hacer toda una reflexión sobre la ética de las manipulaciones biotecnológicas, nos bastará con no dejar de lado las consecuencias desastrosas, que convierten a la sociedad del conocimiento en la sociedad del riesgo. Dígalo si no los transtornos ambientales o para hablar de México la contaminación genética de variedades de maíz criollo (Olivé, op. Cit.).
Siguiendo la idea de mostrar la importancia e impacto de la revolución biotecnológica no podemos dejar de lado lo que quizá sea el proyecto más ambicioso: el proyecto genoma, que ha dado mucho que hablar en los últimos años o el problema de la fecundación in vitro, o el problema de la clonación, sobre todo aquella dirigida a la obtención de células madre o las manipulaciones de la ingeniería genética que pueden concretar muchas de las previsiones de Huxley y llevar a otras socialmente aceptables.